Rafael Mies

Lecciones de Chávez

Por: Rafael Mies | Publicado: Jueves 17 de enero de 2013 a las 05:00 hrs.
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Mr. Chávez nos va dejando, poco a poco, como en el libro “Crónica de una muerte anunciada”, el final parece cada vez más cierto.



Chávez se irá, y con él pasará a la historia su forma de ejercer el poder: “a la antigua usanza”, que tanto incomoda a los países con democracias maduras e instituciones independientes. Un estilo basado en la toma de decisiones con discrecionalidad absoluta y poco decoro por las formas, con una florida retórica y otra serie de conductas y formas que lo han mantenido legítimamente en el poder por estos casi tres últimos lustros.

Sin hacer un juicio político a Chávez, hay realidades bastante objetivas que podemos afirmar de él y su modo de ejercer el liderazgo. También existen elementos valiosos que podemos aprender de este difícil momento que hoy vive.

Respecto del primer punto podemos afirmar, en primer lugar, que más allá de sus formas, usos o abusos, Chávez es y ha sido una persona “poderosa”. Indiscutiblemente un personaje con un gran dominio y capacidad de intervenir en el concierto local, regional y mundial. Qué duda cabe de su influencia sobre países como Ecuador, Cuba y la misma Argentina. Sus declaraciones y acciones comerciales han afectado la realidad política de muchos de sus vecinos e incluso la política exterior del propio Estados Unidos ha dependido, en reiteradas ocasiones, de negociaciones y concesiones a Chávez y su gobierno.

Podemos decir, además, que ese poder lo ha ejercido explícitamente, sin pudor. Usando todos los medios de comunicación disponibles para presentarse a sí mismo como ejemplo de un gobernante fuerte, que sabe lo que “el pueblo quiere”.

Lo interesante de todo esto es lo que hoy podemos aprender de Chávez. No directamente de su discurso, sino de la vida de un “poderoso” que vemos se acaba a temprana edad, dominado por algo tan humano e incontrolable como una enfermedad.

La gran lección que nos deja la enfermedad de Chávez es lo vulnerable y precario de la condición humana, no importando rango ni posición social. Como decía en tantas ocasiones Peter Drucker: “somos polvo destinados al polvo y necesitados de redención”
Para todos aquellos que hoy ocupan una posición de privilegio en la sociedad o por distintas circunstancias han sido calificados como líderes sociales o empresariales, la enfermedad de Chávez debiera interpelarlos a tomar conciencia de la fragilidad de esa condición y optar por una actitud humilde frente a una posición de liderazgo o un cargo que implique una jerarquía mayor.

Ronald Heifetz, profesor de la Universidad de Harvard, presenta una nueva forma de entender el liderazgo que denomina “Liderazgo Adaptativo”. En la esencia de esta mirada está la concepción de que éste es un simple ejercicio, una circunstancia, normalmente pasajera, que cualquier persona puede ejercer si las circunstancias se lo permite y que se pierde cuando esas mismas circunstancias cambian, como es el caso de Chávez.

Increíble que sea la enfermedad de Chávez la que nos esté mostrando el camino de la sensatez en el ejercicio del liderazgo.

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